EL CAP, 2ª PARTE.
(Es cierto, segundas partes nunca fueron buenas)
El CAP fue para mi una experiencia extrasensorial incluyendo todo lo que sufrí para conseguir el título una vez terminado el curso.
Cuando llamé a la directora del CAP y me confirmó que los títulos ya se podían recoger también me dijo que para recoger el mío era necesario entregar una copia del expediente académico de la titulación universitaria.
Y ahora puntualicemos:
1.- Hasta ese momento nadie me había comunicado que me faltaba ese documento.
2.- Legalmente, para cursar el CAP, lo que es necesario justificar es que tengas un título universitario. ¿Qué importan tus asignaturas o las notas que hayas sacado si puedes cursar el CAP igualmente?
3.- Conseguir a estas alturas un expediente académico suponía desplazarme a A Coruña una mañana y pagar alrededor de 30 euros. Teniendo en cuenta que yo trabajo por las mañanas, la cosa se complica.
Todos estos motivos no convencieron a la funcionaria, la cual alegaba que "es que lo pone en el sobre de la matrícula", como si ese sobre fuera el que manda en la administración.
También me dijeron que era una orden de Santiago. Tras llamar a los putos jefes del CAP de toda Galicia, me confirmaron que no era necesario entregar ese documento y que ellos no le daban ese tipo de instrucciones al resto de delegaciones.
En fin, todo es una mierda, porque no me dieron otra solución que decirle a la directora del CAP que ellos me habían dicho eso. Aunque así lo hice, como era de esperar, no sirvió de nada. El sobre de matrícula manda.
Finalmente opté por rendirme e ir a A Coruña aprovechando un festivo local de Vigo.
Al llegar a la Secretaría de mi escuela, ¡oh, sorpresa!, la red de ordenadores no funcionaba. -Vuelve otro día- me dijeron.
Amablemente les dije que de ninguna manera, que buscaran otro modo de solucionarme el problema o, en sentido figurado, todos iban a morir.
Después de mucho esfuerzo (hay que reconocérlo, pensar cuesta) y miradas que decían a cada momento -me da pena, pero no me apetece esforzarme más, voy a decirle que es imposible- consiguieron que en otra facultad me imprimieran el dichoso papel.
Muy contenta me fui a por mi título del CAP. Llegué al despacho de la directora que hablaba por teléfono, esperé en la puerta.
No pude evitar escuchar la conversación en la que la mujer explicaba que estaba fatal, que se pidió una baja, pero como había que entregar los títulos había vuelto ya que al menos podía coger el teléfono y escribir en el libro de registro y no había nadie más que lo pudiese hacer, porque su compañera también estaba de baja. Luego le preguntó a la interlocutora -¿y que tal lo tuyo?- en ese momento confirmé mi suposición de que hablaba con otra funcionaria.
Después de más o menos un cuarto de hora supe que el motivo de su baja era que le temblaba un dedo, me fijé en su mano y vi que en uno de los dedos llevaba una tirita!!!! PERO QUE ÑORDA!!!!!!
La tipa no hacía amago de colgar y ya pasaba de la media hora, así que me olvidé de la educación y la discreción. Entré, tosí y me revolví lo suficiente para hacerle entender que me estaba cabreando. Funcionó.
Finalmente, para rematar la faena, pude comprobar que si yo no le hubiese dicho nada del certificado, ella me hubiera dado el título sin pedírmelo.