CUANDO APROBÉ LA SELECTIVIDAD SE ME QUEDÓ CARA DE CULO
Entre un examen y otro nos tirábamos en el cesped y allí nos quedábamos inmóviles. Ahora que lo pienso, aquellos días hizo un calor bochornoso, esa debió ser la razón!
CUANDO APROBÉ LA SELECTIVIDAD SE ME QUEDÓ CARA DE CULO
Entre un examen y otro nos tirábamos en el cesped y allí nos quedábamos inmóviles. Ahora que lo pienso, aquellos días hizo un calor bochornoso, esa debió ser la razón!
UN HOMBRE COMO UNA FIGURA DE BELÉN
Cuando era pequeña veraneaba en la playa de A Lanzada con mis abuelos. Alquilában un bungalow en el monte al lado de la playa y allí pasába al menos dos quincenas del verano.
Era habitual coincidir con la misma gente, así que teníamos montada una pandillita de chavalada y lo pasábamos teta.
Cada año nos montábamos una cabaña en el monte, ya que ahí pasábamos la mayor parte del tiempo. La playa solo la pisábamos para ir a darnos un chapuzón o estar "as minchas" (literal).
Hubo una quincena en la que contínuamente nos encontrábamos al mismo tipo cagando de monte en el mismo sitio. Había un par de rocas grandes y cuando pasábamos el tipiño se levantaba con todo al aire y se iba corriendo.
Nos reíamos mucho del pobre fulano, que debía cagar con mucha frecuencia, incluso le tirábamos piñas.
A veces pienso que aquel hombre recuerda ese verano como "el verano que me pasé estreñido porque unos chavales no me dejaban cagar tranquilo", pero sigo sin comprender porqué no se iba a cagar a otro sitio.